Los fabricantes de automóviles deben afrontar una nueva adaptación y es que todos los vehículos fabricados a partir del verano de este año 2022 deberán llevar una caja negra que registre determinados datos que ayuden a esclarecer un posible accidente.
En una segunda fase, a partir del 1 de enero de 2024, la medida afectará no solo a los a los coches que se fabriquen, sino también a los que se vendan.
El dispositivo, llamado Event Data Recorder, irá ubicado debajo del asiento del conductor y registrará hasta 15 variables como la velocidad del vehículo, la frenada, las revoluciones del motor, la fuerza del impacto frontal y lateral, los movimientos de dirección, la posición del acelerador, el funcionamiento de sistemas de seguridad como los airbags, cinturones o determinados asistentes, además del día o la hora en la que se produzca el incidente.
Esta caja negra no grabará sin embargo imágenes ni sonidos, como medida para garantizar la privacidad del conductor. De hecho no guarda tampoco datos personales, como el nombre, la edad o el sexo del conductor/a.
El dispositivo “no sirve para dirimir la culpabilidad en un accidente, pero sí para analizar las causas e incentivar a mejorar la conducción», asegura la Dirección General de Tráfico.