Se trata de los radares Medusa, los cuales son capaces de identificar los vehículos y motos que sobrepasen el umbral de decibelios permitidos después de modificar sus escapes.
Francia ha sido el primer país en ponerlos en marcha. Según un estudio del ministerio del Interior francés se estima que una sola moto con el escape modificado que exceda los límites acústicos establecidos por la noche, puede despertar a 10.000 personas.
Se trata de una medida que llega en virtud de la salud ciudadana. Según los análisis realizados por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), el 20% de la población europea, algo más de 100 millones de personas, está expuesto a niveles de ruido superiores a lo permitido.
Los radares medusa podrían llegar a España después de estudiar los datos de las carreteras francesas. De momento en la C-31 de Barcelona se ha instalado a modo de prueba un sonómetro.
A partir de 2024 en todos los países de la UE será necesaria una prueba de ruido para obtener una ITV favorable.